Las redes que nos atrapan

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En los últimos años, la implantación de las redes sociales ha sido de tal calado que, hoy día, a la mayoría nos cuesta imaginar cómo nos relacionaríamos sin WhatsApp, Facebook o ­Twitter. Estas y otras herramientas digitales nos permiten estar en contacto permanente con gran número de personas, pero también han multiplicado las posibilidades de enfadarnos con un amigo, compañero o familiar, además de precipitar un sinfín de separaciones. Más allá del estrés que provocan los grupos de conversación o las constantes interrupciones durante el trabajo, la urgencia –a menudo se nos exige respuesta inmediata– y el exceso de estas comunicaciones presentan los siguientes riesgos:

  • Exposición a la curiosidad ajena. En cualquier momento puede aparecer un mensaje íntimo en la pantalla de nuestro smart­phone, que si está sobre una mesa atraerá la mirada de nuestro jefe, pareja o amigos.
  • Dispersión en actos sociales. Aunque muchas personas ocultan su enfado, la continua “desconexión” del interlocutor para atender lo que pasa en su teléfono genera irritación, además de una interacción de baja calidad.
  • Horas inusuales de conexión. Estos programas permiten que otros sepan los momentos en los que tienen lugar las comunicaciones, lo cual genera desconfianza en las parejas y no pocas trifulcas.
  • Alteran nuestros patrones de sueño.
  • Interfieren en nuestras actividades diarias, generando muchas interrupciones y dificultando conseguir los objetivos a nivel laboral y personal que nos marcamos para el día a día.

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Investigadores de la Universidad de Michigan, encontraron una relación entre el bienestar de las personas y el uso de las redes sociales. Después de evaluar a 82 jóvenes, sobre su estado de ánimo al utilizar Facebook, encontraron que aquellos que utilizaban con frecuencia la red social presentaron menores niveles de satisfacción con su vida. Los adolescentes que utilizan Facebook con mayor frecuencia presentaron síntomas narcisistas, mientras que los adultos jóvenes más activos presentan signos de trastornos psicológicos, como comportamientos antisociales.

* Medidas de higiene para que el uso de las redes sociales no perjudique nuestra vida privada:

  • Limitar el tiempo de conexión.
  • Vigilar el acceso a nuestra intimidad. Puede parecer divertido tener mil amigos en Facebook o Twitter, pero si damos información privada, debemos tener en cuenta todas las personas que van a tener acceso a ella y controlar el nivel de la misma.

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  • Evitar la dispersión. Es preferible dedicar una hora al día, de forma continuada, a actualizar nuestras redes que el continuo “entrar y salir” que nos agota mentalmente y no nos deja concentrarnos en lo que estamos haciendo, incluyendo nuestra vida íntima.
  • Buscar la calidad frente a la cantidad de información.  No se trata de responder por compromiso cuantos más mensajes mejor, sino de poner los cinco sentidos en aquel escrito que puede marcar la diferencia en nuestra vida.

Con un uso inteligente de las redes, acotado y de calidad, potenciaremos nuestra vida personal y estaremos presentes en cuerpo y alma en nuestras relaciones con los demás.

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FUENTE: www.elpais.com

Una respuesta a “Las redes que nos atrapan

  1. Martes de cuento 22 octubre, 2014 / 13:23

    Muy interesante. Aunque ya lo sabemos perfectamente, es bueno que alguien nos recuerde, de vez en cuando, que no todo es Internet.
    ¡Gracias!

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